¿Hay alguna prueba para la espondilitis anquilosante?

No existe una sola prueba para la espondilitis anquilosante. Para determinar si tiene la enfermedad, su médico puede:

  • preguntarle sobre su historial médico y antecedentes familiares;
  • hacerle un examen físico;
  • ordenar que se haga radiografías y otras pruebas.

¿Cómo se trata la espondilitis anquilosante?

Aunque no existe una cura para la espondilitis anquilosante, su médico trabajará con usted para ayudarle a controlar la enfermedad. Los objetivos del tratamiento incluyen:

  • aliviar los síntomas;
  • ayudarle a mantener una buena postura, flexibilidad y fuerza;
  • evitar que la enfermedad progrese o frenar su avance.

El tratamiento puede incluir:

  • medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación;
  • terapia física para:
    • ayudar con el dolor,
    • fortalecer los músculos,
    • mejorar o mantener una buena postura, y
    • mantener las articulaciones flexibles.
  • cirugía, si hay daños graves en las articulaciones.

¿Quién puede tratar la espondilitis anquilosante?

El diagnóstico y el tratamiento de la espondilitis anquilosante pueden requerir un equipo de profesionales de la salud. Estos pueden incluir:

  • reumatólogos, que se especializan en artritis y otras enfermedades de los huesos, las articulaciones y los músculos;
  • dermatólogos, que se especializan en afecciones de la piel, el cabello y las uñas;
  • gastroenterólogos, que se especializan en afecciones del sistema digestivo;
  • profesionales de la salud mental, que ayudan a las personas a hacer frente a las dificultades en el hogar y el lugar de trabajo que pueden resultar de sus afecciones médicas;
  • enfermeros educadores, que se especializan en ayudar a las personas a comprender su estado general y a establecer sus planes de tratamiento;
  • terapeutas ocupacionales, que enseñan formas de proteger las articulaciones, minimizar el dolor, realizar actividades cotidianas y conservar la energía;
  • oftalmólogos, que se especializan en afecciones oculares;
  • cirujanos ortopédicos, que se especializan en el tratamiento y la cirugía de enfermedades óseas y articulares;
  • fisiatras (especialistas en física, medicina y rehabilitación), que supervisan los programas de ejercicios;
  • fisioterapeutas, que ayudan a mejorar la función de las articulaciones;
  • médicos de atención primaria, como médicos de cabecera o especialistas en medicina interna, que coordinan la atención entre los diferentes proveedores de salud y tratan otros problemas a medida que van surgiendo;
  • psicólogos o trabajadores sociales, que ayudan a enfrentar los desafíos psicosociales causados ​​por las afecciones médicas.

Cómo adaptarse a la espondilitis anquilosante

Usted puede ayudar a controlar la espondilitis anquilosante y a mejorar su salud. Puede:

  • aprender acerca de la enfermedad y sus tratamientos;
  • hablar con su equipo de atención médica;
  • buscar ayuda cuando la necesite.

Los siguientes consejos pueden ayudarle a adaptarse a vivir con espondilitis anquilosante y mantener una actitud positiva.

  • hacer ejercicio, que es importante y puede ayudar a:
    • mantener a los músculos sanos y fuertes;
    • mantener flexibles las articulaciones para que sea más fácil moverse;
    • disminuir el dolor.

Su médico puede recomendarle ejercicios de bajo impacto, como programas de ejercicios en el agua. Hable con sus proveedores de atención médica antes de comenzar cualquier programa de ejercicios.

  • Tener una buena postura puede ayudarlo a mantenerse erguido y sentir menos dolor.
  • Usar aparatos de apoyo como un bastón o un andador para ayudarle a movilizarse con seguridad, mantenerse estable y reducir el dolor.
  • Vigilar los síntomas por cualquier cambio o síntomas nuevos. Entender sus síntomas y cómo pueden cambiar puede ayudarle tanto a usted como a su médico a controlar el dolor.
  • Controlar mejor el estrés, puede respirar profundamente, meditar, escuchar música o sonidos suaves y hacer programas de ejercicios de movimiento, como yoga y tai chi.
  • Ocuparse de su salud mental hablando con su médico, profesional de salud mental, amigos, familiares o un grupo de apoyo en línea o comunitario sobre su enfermedad.
  • Consumir una dieta saludable, ya que al mantener un peso saludable se reduce la tensión en las articulaciones adoloridas.
  • No fumar, porque si tiene espondilitis anquilosante y fuma, la enfermedad empeora. Además, fumar:
    • disminuye el efecto de su tratamiento,
    • puede cambiar su función pulmonar si tiene la enfermedad en el pecho o las costillas,
    • aumenta la probabilidad de que avance su enfermedad.

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